Este informe es un documento emitido por la Unesco en 1980 como resultado del trabajo realizado por la Comisión Internacional para el Estudio de los Problemas de la Comunicación. Esta comisión fue presidida por Seán Macbride, quien había recibido el Premio Nobel de la Paz en el año 1974 y su equivalente al Premio Nobel soviético, el Premio Lenin, en 1977, lo que le otorgaba un cierto grado de neutralidad en el marco de la guerra fría. El objetivo del informe era realizar un diagnóstico a nivel mundial de los problemas que acogían a las comunicaciones en las sociedades modernas y proponer así los principios necesarios para un nuevo orden comunicacional mundial, el llamado NOMIC.
La creación de esta comisión en 1977 fue producto del debate que llevaban a cabo los países del llamado Tercer Mundo, agrupados en el Movimiento de Países No Alineados, contra las grandes potencias encabezadas principalmente por Estados Unidos en pos de revertir el desequilibrio info-comunicacional que se venía gestando años atrás como consecuencia de la concentración de las empresas transnacionales de esta área.
El informe fue aprobado en la Conferencia General de la Unesco de 1980. Esto provocó el rechazo por parte de los países desarrollados quienes argumentaban que los principios promovidos en él atentaban contra la libertad de expresión y la libertad de información a tal punto que EEUU, con un Ronald Reagan recién asumido, llegó a considerar al mismo como un "conjunto de proyectos sovietizantes".
Fue tal el peligro que la aprobación del Informe por parte de la Unesco generaba en los intereses económicos de los países desarrollados que EEUU abandona dicho organismo en 1985 como golpe final de una campaña de desacreditación iniciada 5 años atrás tanto contra la comisión, su presidente, como también contra la Unesco misma . Esta retirada provocó lisa y llanamente el desfinanciamiento del organismo ya que el mismo se sostiene con un porcentaje del PBI de sus países miembros y EEUU, debido a su tamaño económico, representaba el 25 por ciento del total de dicho financiamiento (la misma estrategia realizó este país hace un mes cuando este organismo admitió a Palestina como miembro de pleno derecho).
Así, el Informe Mcbride, sin el apoyo de la UNESCO (quien luego de relevar a su Director General Amadou-Mahtar M´Bow cambió radicalmente el rumbo de sus políticas y delegó el ámbito de las comunicaciones a la Unión Internacional de Telecomunicaciones, de carácter fuertemente tecnologicista), ni de la ONU (con EEUU a la cabeza) quedó finalmente en el olvido y los principios del NOMIC sepultados en la mente de sus promotores.
Es interesante ver como este debate iniciado en la década del ´70 y silenciado con la llegada del neoliberalismo en los ´80 vuelve a tomar vigencia en nuestros días en el marco de la crisis económica que están sufriendo los países mal llamados del primer mundo y del auge económico y cultural que están teniendo hoy día los países subdesarrollados, especialmente América Latina.
Es largo el declive neoliberal, y su legado se ha expandido a todos los niveles de la vida social. Creo que la hegemonía comunicacional es uno de sus pilares mas difíciles de derribar.
Les dejo el link del informe: